
Matrix (1999)
Se escucha en la calle, en las casas…que vivimos una de las épocas más competitivas a nivel laboral de la historia. Se escucha en la calle, en las casas… “joe, antes estudiabas una carrera, un FP o lo que fuere, una época de aprendiz y luego ala, a trabajar se ha dicho”. Ahora si no tienes idiomas, dos másteres, tres expertos y haces el pino puente boca abajo (¿esto es posible?) quizá puedas trabajar, sí, pero te quedas en la masa mayoritaria. Cada vez es más difícil diferenciarse. Diferenciarse, algo que nos piden continuamente desde el “mercado laboral” (qué concepto más feo) para prosperar a nivel profesional y que cada vez es más difícil de conseguir.
Ahogándonos en el océano LinkedIn
Ya has hecho una carrera, quieres seguir evolucionando, descubrir cosas nuevas, o simplemente redirigir tu camino hacia otro sitio, da igual cual sea la razón, pongámonos en una situación en la que quieres desarrollarte en cierto sentido a nivel profesional (no es tan descabellado ¿o sí?).
Te pones a ello, miras en LinkedIn perfiles de personas a las que te gustaría parecerte y descubres con pesadumbre que necesitarías miles y miles de moneditas que no tienes para pagarte toda esa formación de la que otros presumen (un máster en Londres, un diploma experto en Chicago, idiomas en Canadá y Francia, y por qué no, algún curso de especialización en California).
Habla Morfeo en tu cabeza: Welcome to the real world, en el que hay que pagar por estudiar. Es así. Y no poco (más si quieres enriquecerte en el extranjero). Sientes que toda tu vida hasta el momento en la que ibas felizmente con tu mochila al colegio/instituto/universidad sin preocuparte de nada ha sido una especie de sueño (¿debí tomarme la pastilla roja?) y ahora el mundo real te pega un bofetón en la cara.
¿Educación publi…qué?
Por mucho que nos vendan el estado de bienestar y la educación pública, donde el que lo desea puede estudiar y otras pantomimas utópicas similares, esa no es la realidad.
1 – Algunos dirán: “hay becas”. Sí, claro, todos tenemos garantizada una mínima escolaridad y quizá hasta puedas ir a la universidad con una ayuda si tus padres no están en una buena situación económica. Después de eso, olvídate. Vete a trabajar y haz algo útil. Deja de desarrollarte que para eso ya estamos otros. Las becas para estudios postobligatorios son tan escasas que sólo optarás a ellas si eres un erudito con una nota media de 9 o más en el expediente y tienes una renta mínima de risa y vives debajo de un puente (claro, son dos variables que suelen ir juntas, todo el sentido).
2 – Otros dirán: «pues págatelo tú». Bingo. Tienes un trabajo y ahora tienes dinero para hacerlo, uppps, qué pena que ya no tengas tiempo. La mayoría de programas te piden una presencialidad y/o unas horas que no puedes dedicar, porque estás trabajando claro.
3 – Situación absurda de Alicia: Si no trabajo no tengo dinero para pagarme un máster pero si trabajo tengo el dinero pero no puedo hacerlo porque no tengo tiempo… aiss, qué duro es vivir.
4 – Resumen del estudio: Concluimos que los únicos que pueden realizar formación postobligatoria/complementaria son recién graduados a los que sus padres se la pagan.
Divertida paradoja: en un mundo en el que se te pide más a nivel formativo, menos es la capacidad económica para afrontar ese gasto. En un país en el que con Bolonia los grados universitarios son considerados formación generalista en muchos casos (los másteres son los que aportan ahora las herramientas profesionales y complementan el grado) solo acceden al máster los hijos e hijas de gente adinerada.
Mayday, tenemos un problema.
Seamos sinceros pero de verdad: Es muy difícil poder prosperar con total autonomía sin ningún tipo de apoyo económico por parte de la familia. Y seamos más francos aún: hoy en día hay muchas que no se pueden permitir esto.
Y ese es el núcleo de la idea: El sistema te apoya hasta que valgas como mano de obra, después te abandona, interesándole muy poco dónde acabes o qué pretendas ser, mientras le sirvas de algo.
El no fin del sistema de clases

Metrópolis (1927)
El ideal de evolución hacia un sistema no clasista cae sobre su propio peso, porque el mismo sistema educativo lo sustenta sólidamente desde sus cimientos.
¿Consecuencia y conclusión? Las personas que llegan a puestos más altos en lo profesional (y aquí incluyo los puestos que “manejan” el mundo) siguen siendo hombres de familias pudientes (el tema de la mujer da para otro post). No hablo de excepciones, hablo de la norma. Es lógico, compites contra el chaval que tiene el máster en Londres, el diploma experto en Chicago, idiomas en Canadá y Francia, y por qué no, algún curso de especialización en California. Tú ahí te has quedado, con tu carrera de base con otros 100 o más chavales que salieron de tu promoción. Ahora a buscar un puestito intermedio y a hacer girar el engranaje que es para lo que has nacido, deja de pensar. Realmente está muy bien pensado como criba para que las clases “medias bajas” se sigan quedando donde deben estar y el sistema de élites al que asistimos siga vigente por muchos años más.
Y si no… haber elegido la pastilla azul.
Adoro los roedores, y el mundo Disney. Considero que todos los problemas del mundo tienen su origen en la superpoblación y la incapacidad humana para ver lo auténtico. Para ser auténticos. |