No importa el destino, nómada siempre

Hasta que llegó la agricultura y la ganadería, la vida nómada era la «normalidad» de nuestros ancestros prehistóricos. Incluso después, algunos pueblos continuaron viajando tras los animales en busca de alimentos o mejores condiciones de vida. En definitiva, hemos vivido más tiempo siendo nómadas que sedentarios; entonces, ¿por qué este término sigue causando confusión?

Las acciones, los verbos y las mentalidades evolucionan día a día, año a año, siglo a siglo. ¿Son los nómadas de hoy comparables a aquellos primeros nómadas? ¿Quiénes son los nómadas del siglo XXI? ¿Perteneces tú a esta tribu?

¿cÓMO son los nómadas de hoy?

Ser nómada ya no es viajar en busca de comida, si no de adrenalina, de experiencias. Estos viajeros de la actualidad suelen ser, aunque no sólo, los tan conocidos millenials: hombres y mujeres de entre 18 y 35 años, con ganas de nuevas experiencias y que prefieren gastar menos y vivir más que dormir mejor. No necesitan estabilidad geográfica, son errantes que, como el caracol, llevan su casa a cuestas, porque los nómadas son capaces de crear un hogar en cualquier parte.

Hay innumerables tipos de nómadas, porque ser nómada es una actitud ante la vida, una manera de vivir, de pensar y de actuar que te permite no sentirte atado a ningún sitio. ¿Por qué? Porque sabes que sólo hace falta una «chispa» para que cojas los cuatro bártulos que te importan -normalmente en un bulto de menos de 20kg- y alces el vuelo.

¿QUÉ ES LA VIDA NÓMADA?

Difícil pregunta. Siempre hemos ligado el concepto de nómada a la idea de movilidad constante, pero ¿qué pasaría si desvinculamos esos dos términos? ¿Hay que vivir en un viaje interminable para ser nómada o se puede llevar una vida nómada estés donde estés?

El concepto de «nómada» ya ha sobrepasado la idea de supervivencia, también la de movilidad constante. Ahora ser «nómada» se acerca más a una manera de ser y a una filosofía de vida. Es difícil que siendo un nómada que viaja de un sitio a otro sin parar puedas mantener una mente cerrada, ser conformista, rutinario e introvertido, mayormente porque, en un momento o en otro, te habrá tocado digievolucionar cual Pokemon. Pero sí puedes tener todas las características y maneras de ver el mundo de un nómada desde una residencia, más o menos, fija. Tu cuerpo es «sedentario», pero tu mente sigue viajando, y…quién sabe cuándo te lanzarás a otra aventura viajera, ¿no?

Características de los nómadas

  • Iniciativa. Son gente con ganas; ganas de hacer cosas, de ayudar, de aprender e incluso de equivocarse. No se detendrán por el miedo al error y se lanzarán a por aquello que ansíen con todas sus fuerzas. Buscan soluciones y caminos para alcanzar sus objetivos y mantienen la energía y la calma hasta en momentos de crisis.
  • Resiliencia, adaptación, flexibilidad. El cambio es parte de su ADN. No luchan con uñas y dientes por esa tan ansiada -por nuestros padres- estabilidad laboral- ni cuando/si la consiguen lo anteponen a todo lo demás. Saben que la vida son dos días y prefieren la calidad, ser dueños de su tiempo y de sus agendas. Por eso son capaces de crear su espacio hasta en los entornos más inesperados.
  • Aprendizaje. No se detienen ante nada y ven en todo una oportunidad de aprendizaje. Son sociables y colaborativos, creen en el trabajo en equipo y comparten lo que aprenden con los demás libremente y sin recelos. Aprenden fácilmente porque les apasiona lo que hacen, pero sobre todo, les entusiasma sentirse en evolución continua.
  • Tecnología. Han crecido en la era tecnológica, están al día de los últimos avances y no les asusta jugar con programas nuevos y las redes sociales. Es su territorio diario.
  • Creatividad. Saben «sacarse las castañas del fuego», han vivido batallitas para aburrir a un batallón de futuros nietos y ya se sabe, la necesidad despierta la inventiva. Tienen mentes vivas y están siempre a la caza de una «nueva idea«.
  • Empatía y tolerancia. Han viajado, conocen gente de distintas culturas, religiones, países y han aprendido que lo importante es respetar al otro y compartir con los demás.
  • Libertad. Por encima de todo, es lo que más valoran. No entienden de fronteras, ni físicas ni mentales. Les gusta tomar decisiones y tener una mentalidad emprendedora. Quieren tener un trabajo que les importe, y buscan expresarse y autorrealizarse.

Tipos de nómadas

  1. El freelance, o el autónomo de toda la vida: trabaja por cuenta propia y normalmente presta servicios a otras empresas o particulares.
  2. El emprendedor digital: aquel que crea su propio negocio en internet y se lo lleva en cualquier dispositivo móvil por todo el mundo. Forman parte de los nómadas digitales y pueden ser youtubers, bloggeros, startuperos, formadores digitales…
  3. El teletrabajador: más parecido al «trabajador tradicional» y en auge desde el confinamiento por el COVID-19. Es como cualquier trabajador de oficina, pero que se ha dado cuenta que con una conexión a Internet puede seguir trabajando desde cualquier parte, ya sea desde casa con los niños o desde Kuala Lumpur.
  4. El trabajador del siglo XXI: John Moravec lo definía como Knowmad, o nómada del conocimiento y no tiene por qué ser móvil, pero sí responder a la filosofía de vida nómada, ser flexible, inquieto y curioso, aunque puede ser desde la comodidad de su casa en el pueblo de sus abuelos -por ejemplo-.

Conclusión

Después de unos años sin residencia fija, se podría decir que me he asentado. Dos años en el mismo lugar, trabajo fijo y rodeada de amigos y familiares; se podría decir que tengo el pack completo, pero ¿vivir en mi zona de confort me roba el adjetivo de nómada? No, no lo creo. Yo siempre me consideraré «nómada«, porque es lo que oxigena mi vida, porque vivo soñando con innumerables destinos y porque la opción de hacer la maleta en busca de nuevas aventuras siempre estará sobre mi mesa.

Además, se avecinan tiempos complicados, pero como dicen en China, «toda crisis es una oportunidad» y según un estudio llevado a cabo por Malt y Boston Consulting Group, más de un 60% de los freelances españoles considera que esta crisis podría generar más proyectos en el corto y el largo plazo. Con un incremento de los nómadas digitales de un más del 40% en una década, ¿estamos ante un cambio radical de la vida profesional como la conocemos?

Por el momento, como dice Raquel Roca, autora de Knowmads, los trabajadores del futuro, «si no quieres ahogarte en el tsunami laboral…be a knowmad, my friend«, porque cualquier trabajador, desde un alto directivo hasta el empleado de primera línea, debe adoptar este tipo de actitud laboral, más flexible y móvil.

Y tú, ¿eres nómada?

2 comentarios en “No importa el destino, nómada siempre

  1. Ici Mouse dijo:

    ¡Muy interesante!
    La verdad es que comparto totalmente la filosofía de que el espíritu nómada es más una actitud. Creo que poco a poco además, por suerte, el inmovilismo (tanto físico como mental) está dando cada vez más paso a la inquietud, a la curiosidad y a la libertad interior. Vivir una vida sin querer aprender, descubrir, olfatear y experimentar siempre me parecerá vivir una vida a medias.

    Como persona que ha emprendido un negocio en internet el año pasado, no podía dejar de sacarle la puntilla al concepto «nómada digital».
    Siempre he tenido una relación de amor odio con el concepto, ya que, pese a un significado interesante en origen, creo que se ha romantizado y sobrevendido en exceso. La idea de libertad absoluta, a mi modo de ver, no existe aún. En primer lugar, porque legislativamente, por mucho que lleves un negocio en internet siempre tendrás que tener un domicilio fiscal (de un país) donde declares tus impuestos y teóricamente vivas más de la mitad del año.

    En segundo lugar, porque aunque se idealice el negocio en internet «everywhere», el no tener una ubicación fija elimina posibilidades de hacer contactos profesionales sólidos de una zona en concreto, limitando el networking a contactos solo online o muy superficiales (si te estás moviendo todo el rato). Pierdes la oportunidad de ser referente en un lugar y con ello muchos potenciales clientes. El contacto humano aún nos llama, por muy online que nos creamos y nada sustituye a un networking físico y personal.

    Por todo esto, todavía no entiendo muy bien cómo lo hacen todos esos emprendedores digitales que aseguran ser tan exitosos y estar viajando todo el año. El emprender digitalmente algo serio tiene muchas dificultades y no se debería tomar a la ligera.

    Aún con esta pequeña crítica, pienso como bien dices que las cosas están cambiando y que lejos quedan los días de horario de 8 a 17 (como poco) sentados en una silla al compás de otros.

    Nuevos aires vienen y, como todo, hay que aprovecharlos.

    Un abrazo!
    Iciar Etxebarria Martín
    presentiadm.com

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    • Una nómada de mudanza dijo:

      Gracias Ici por un comentario tan desarrollado y tan bien pensado. Sin duda, «nómadas digitales» como nos venden el las redes, viajando constantemente, sólo podrán ser unos pocos, youtubers de viajes o profesiones por el estilo. También, ¿cuánta gente querría moverse tan constantemente? Una cosa es viajar por placer y otra viajar por «trabajo» (aunque te guste) sin parar. Sin duda, completamente de acuerdo contigo en que no se debe subestimar el esfuerzo enorme que supone emprender y que hay que tener claro que «no es todo de color de rosa».

      Yo no me quería centrar en el término «nómada digital», más bien quería usarlo como complemento para defender un poco lo contrario: que da igual si te mueves o si no, nómada de espíritu puedes serlo igualmente.

      Veremos qué nos trae el futuro, pero esperemos que ese contacto físico y personal que comentas no se pierda, porque eso es lo que nos enriquece como seres humanos.

      Un abrazo,
      Miriam

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