A favor o en contra de… AYUDAR

Por Jess Waldorf

La respuesta en este caso parece muy OBVIA; ¡A favor!, pensará la mayoría. O bueno, pensarlo, lo pensarán muchos. Sentirlo ya es otra cosa. Nos gusta creer que somos almas caritativas y generosas, pese a que muchos no lo son. Nos regodeamos en lo bueno que hacemos por los demás, mientras que lo que el resto hace por nosotros nos suele parecer insuficiente en muchas ocasiones.

help-2478193_960_720

Hay gente que por naturaleza tiende más a dar, a ayudar. Y por el contrario, hay otros que no son así. ¿De qué depende? Supongo que es una mezcla entre la personalidad de cada uno, la educación recibida y tus experiencias vitales. Y ni el que ayuda mucho es el mejor ni el que ayuda menos es una persona horrible. La clave está en encontrar el equilibrio.

AYUDAR SIN MEDIDA

No son muchas, pero seguro que casi todos conocemos a alguien que parece la mismísima Teresa de Calcuta. Una persona generosa, bondadosa, que siempre está lista para ayudar y escuchar, y que además lo hace por cualquiera que se acerque a ella para pedirle algo. En principio parece todo ideal; fijo que se siente bien aportando tanto a la vida de otros, seguro que es genial. ¿Seguro? ¿Qué precio se paga por ayudar sin medida? Generalmente uno alto; perderte tú.

superhero-2503808_960_720

Cuando estás tan enfocado en los demás, en satisfacer lo que el resto desea, en estar ahí siempre… ¿Estás también para ti? Si la respuesta es afirmativa, perfecto. Nada más que decir. Buen trabajo compaginando ser buen amigo, novio, hermano, hijo… con el cuidado de ti mismo. Si la respuesta es negativa por el contrario, cuidado. Ten cuidado porque una lección de la vida es aprender a priorizar, y tú siempre debes estar en la cima (y tus hijos si los tienes, sin olvidarte de ti). Puedes querer muchísimo a tu familia y pareja, pero tu felicidad, depende de ti, de lo que te quieras, te mimes y te cuides. Y si estamos demasiado ocupados haciendo todas estas cosas por otros, dejamos muy poquito tiempo para darnos a nosotros mismos lo que necesitamos.

OTRO RIESGO; ESPERAR RECIBIR LO MISMO

Este es otro aspecto negativo que tiene el ayudar mucho a otros. Que a veces esperamos “recoger lo que sembramos”, y que si tú estás ahí para esa amiga que acaba de dejarlo con su novio, cómo no va a estar ella ahí para ti si te pasa algo similar. ¿Cuál es la realidad? Que a veces conoceremos a personas que tengan nuestro mismo sentido de la amistad, que sean de dar mucho. No obstante, también será frecuente tener relaciones “descompensadas”, en las que quizá tu aportas un 70% y la otra persona un 30% o al menos así lo sientes tú. ¿Y qué pasa entonces? Pues que inevitablemente la frustración se apodera de ti.

¿POR QUÉ AYUDAMOS?

En la revista “MUY INTERESANTE” encontramos lo siguiente;

“En los años 70, el biólogo Robert Trivers propuso una interesante teoría para explicar por qué los individuos no emparentados tienden a cooperar unos con otros. La disposición innata a ayudar, aseguraba, mejora el bienestar de un individuo dentro de un grupo o sociedad pequeña porque aumenta las posibilidades de que le devuelvan el favor. Trivers llamó a este fenómeno «altruismo recíproco».

Es decir, a) admitimos que ayudar a los demás nos hace sentir bien, y b) esperamos que haciéndolo, las posibilidades de que otras veces otros estén ahí para nosotros aumenten.

En el mismo artículo se sigue comentando;

“Otra posible explicación para el altruismo es lo que Martin Nowak y Kart Sigmud llaman «reciprocidad indirecta», que consiste en que las personas generosas y cooperativas construyen una reputación que hace que los demás sean más propensos a colaborar con ellas”

Lo que respalda la creencia de que damos para recibir después.

adventure-1807524_960_720

AYUDAR SALUDABLEMENTE

No creo que exista una fórmula que permita saber cuánto deberíamos ayudar, a quién, y cuándo. Pero sí que creo que la experiencia y la vida te van enseñando quien merece mucho la pena, quien la merece menos, y quien no la merece nada. Como ya mencioné con el tema de las amistades, no nos “da la vida” para tener 20 amigos íntimos, por muchos motivos, y tampoco tenemos tiempo suficiente para todo el mundo en esta ocasión. Si queremos sentirnos mejor, y que ayudar a los demás no suponga una carga más en nuestra vida, hay que saber ver quiénes son esas personas especiales que merecen todo lo que puedas darles (y seguramente no serán demasiadas), hay que ver también quiénes son los que estarán también ahí para ti, y por último, comprender que algunas veces el simple hecho de ayudar a alguien ya debería ser recompensa suficiente. Pero… AYÚDATE A TI MISMO PRIMERO.

Jess WaldorfAutor: Jessica Waldorf
Profesora que no para de aprender. Viajando por este mundo con un solo objetivo; ¡ser lo más feliz posible!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s