A lo largo de los años, mucha gente entra y sale de tu vida. Más aún si vives viajando, cambiando de país, de casa, de trabajo…de vida. No todos serán ‘amigos‘. Algunos estarán ahí sólo de paso. Un amigo es algo más, algo más que alguien con quien tomarte una cerveza o salir de fiesta y, no nos engañemos, cultivar una VERDADERA amistad requiere dedicación y tiempo. La distancia no influye tanto en esta receta o ¿quizás sí?
Tipos de amigos
Están tus amigos de la infancia con los que perdiste el contacto, pero también esos dos amigos de la guardería que siguen mandándote un mesajito de vez en cuando. Está esa chica que te encuentras un día, en una ciudad extranjera, buscando piso y te acabas tomando unas cervezas con ella. Están los amigos Erasmus, la amiga ‘pija‘ que acaba adorando tus expresiones más ‘chabacanas‘ mezcladas con las más cursis, la compañera del curso de italiano que se convierte en un ‘must have‘ en tu día a día, los amigos de paso, los amigos de siempre, los que se convertirán en ‘amigos de toda la vida‘… Todos y cada uno han hecho que seas quien eres hoy y todos ellos se merecían un post entero.
‘Un verdadero amigo es alguien que te conoce tal como eres, comprende dónde has estado, te acompaña en tus logros y tus fracasos, celebra tus alegrías, comparte tu dolor y jamás te juzga por tus errores.’
Distinguir el trigo de la cebada
Aunque duela, no todos los amigos son ‘para siempre’. No tienen por qué serlo, porque no hay tiempo. No tenemos tiempo para ayudar a nuestros 200 amigos del Facebook o para Skypear con todos ellos…o simplemente, quizás no queremos buscar ese tiempo, porque preferimos invertirlo en otra persona, haciendo otra cosa o en nosotros mismos. No tiene nada de malo, pero tómate tu tiempo para reconocer a ‘ESOS AMIGOS’, esos pocos en los que SÍ quieres invertir tu tiempo, porque se han ganado esa confianza, porque han estado ahí enjuagando tus lágrimas cuando te hacía falta y riéndose contigo en los buenos momentos, porque han compartido su vida contigo, sus ideas y sus pensamientos, porque nunca te han juzgado y porque siempre han aceptado tus decisiones. A esos que te quieren los domingos con tus ojeras y tu cara pálida, cuando estás de mal humor o cuando tienes una ‘mala semana‘ (porque haberlas, haylas); a esos cuídalos, porque son un tesoro que no se encuentra todos los días.
Definición de amistad
Es curioso pero nadie ve la amistad de la misma manera. Hay gente que lo da todo y gente que ve a los amigos como ‘gente con la que pasar el tiempo‘. Los que se alían a esta segunda definición, evidentemente, no superarán la distancia. No es que no se acuerden nunca de ti, de los buenos momentos, pero estarán centrados demasiado en sus vidas como para acordarse de llamarte una vez cada tres meses o de mandarte un mensaje de Facebook. Suelen ser esos que te venden en cuanto tienen un ‘plan mejor‘, ya sea una Tinder date o cualquier cosa que les suene mejor. Dejadme ser honesta, esos NO son amigos. Si te consideran un ‘entretenimiento‘, no des más de lo que te dan o acabarás estrellado, mejor invierte esas energías en ese amigo que lo deja todo para escucharte cuando le dices que has tenido un mal día. ¿No crees?
Definición de la RAE. Amistad: ‘Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.’
¿Cuál es tu definición?
Más km = más comunicación = más confianza
Sí, los kilómetros pueden ser hasta los que te ayuden a ver quiénes son tus amigos de verdad. Esos que se acuerdan de ti, aunque estés lejos, porque hoy en día, no hay excusas. Por suerte (o por desgracia para los que nos gusta la tranquilidad), estamos más conectados que nunca. Todavía recuerdo cómo alucinaba mi abuela cuando me vio por primera vez en la pantalla de un ordenador, como si estuviera ahí. Ya no tenemos que mandar una carta y esperar meses a la respuesta: comunicación instantánea.
Una relación no tiene por qué ser ‘cara a cara‘. Lo normal, la tradición, nos dice que se suele empezar conociendo a alguien en persona, pero una separación física no puede romper una amistad. De hecho, hasta la refuerza. Pasas horas al teléfono, mandas audios interminables o compartes hasta las historias más absurdas por Whatsapp, porque te interesa la otra persona, porque quieres que siga formando parte de tu vida y porque esas pequeñas charlas en Whatsapp que nunca tienen un final son la clave. No necesitas una excusa, una gran historia ni nada fuera de lo ordinario para escribir, vale con un: ‘¿qué cuentas?‘ para que la otra persona casi intuya lo que te pasa por la cabeza, porque después de tantos mensajes, créeme, sabe leer entre líneas.
Cómo mantener la relación al 100% (o más):
Fundamentalmente de ua manera: QUERIENDO, pero si andas un poco espeso de ideas, aquí te suelto algunas ideas dignas de tener en cuenta:
- Skype calls semanales, estilo ‘desayuno en Sexo en NY‘. Vale, igual el desayuno os pilla un poco mal, pero puede ser una cena, un café o un vino cibercompartido mientras os ponéis al día de todos los cotilleos y planes de la semana.
- Whatsapp: conexión 24 horas. Dar los ‘buenos días’ a una amiga de vez en cuando o mandarle un mensajillo preguntándole ‘¿qué tal te trata la vida?’ no te va a causar una hernia y ¿a quién no le alegra que una amiga o amigo se acuerde de ti?
- Audios, aunque normalmente los mandemos por Whatsapp se merecían ser una recomendación independiente, porque los audios te permiten comunicar mucho más que un mensaje, por tu tono de voz, por tu manera de decir las cosas…¡y es más rápido que escribir! Eso sí, ¡cuidado!, tampoco le des demasiada rienda suelta a tu vena monologista o tu receptor te contestará a un tercio de los temas.
- Los mensajes de Facebook son una buena alternativa al Whatsapp, aunque también los puedes utilizar para enviar mensajes más largos, porque no todo el mundo está conectado al Facebook todo el día (o todos los días).
- El email es uno de mis medios favoritos de mantener el contacto. Si te gusta escribir, te aseguro que esté medio te permitirá expresarte mejor y desarrollar mucho más tus ideas y claro, tampoco tienes que mandar emails todos los días, pero pueden ser esenciales para ‘keep in touch’.
- Entre llamadas de Whatsapp, de Facebook, tarifas planas y un Roaming en peligro de extinción, una simple llamada puede ser lo más sencillo. No hace falta planear, sales del gimnasio y llamas de camino a casa o mientras vagueas tirado en el sofá y así, además de cotillear un rato, os hacéis compañía.
- El método más tradicional: la postal o la carta. Vaya, ya casi nadie sabe la dirección postal de sus amigos, pero la sorpresa será impresionante cuando abra el buzón y se encuentre una postal de cumpleaños, de Navidad o de ‘hoy es hoy y me apetece’.
¿Cuál es tu método favorito?
CONCLUSIÓN: Querer es poder. Cuando quieres mantener el cariño, el apoyo y el respeto de un amigo, buscas el momento. Poco importa lo ocupado que estés en el trabajo, las obligaciones o los ‘nuevos‘ amigos; aprovechas cualquier momento, ya sea un mensaje rápido mientras esperas en la cola del supermercado, un audio de camino a tu curso de francés o una llamada a las 2 de la mañana.
Seré una idealista, pero creo que tengo la suerte de tener buenos amigos, de esos que aceptan mis ideas más alocadas, que me dan consejos cuando se los pido y que respetan que no haga nada de lo que me dicen y que me salga por la tangente, porque ellos me quieren así. Porque me encanta que me manden mil mensajes para que opine si es mejor vivir en Londres o en Bruselas (o ¿por qué no, en Washington?), porque que me anuncien una boda por vídeo mientras hago Facetime y aguante las lágrimas no tiene precio, porque puede que sólo haya dos personas con las que hable todos los días, pero hay más que se esfuerzan por mantener la relación en la distancia. Porque, como dice Ici Mouse, hay que rodearse de personas que enjuaguen tus lágrimas pero que sepan también elogiar tus sonrisas.
Un comentario en “La distancia. Parte I: Amigos”