La esclavitud de la coherencia

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Boyhood (Momentos de una vida) 2014

Por Ici Mouse

Vivimos subyugados a ella sin darnos cuenta y al mismo tiempo somos sus más fieles cómplices. Una de las características más sobrevaloradas del ser humano es la mal llamada «coherencia». RAE: 2. f. Actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan.

Psss… delicado tema. Me encanta empezar con definiciones de la RAE, en ocasiones echa luz al tema y en otras nos deja igual que como estábamos. En este caso, el significado es claro: «hacer las cosas según lo que dices que piensas». Pero ¿hasta qué punto es necesario ser coherentes, si es que lo es en alguna medida? ¿cuándo empezó a atentar la coherencia contra el derecho a cambiar de opinión?

Nos encanta ir de coherentes por la vida, hasta tal punto que en ocasiones defendemos algo que ya ha perdido el sentido hasta para nosotros ante la horrible amenaza de parecer incoherentes. Gracioso ¿verdad? Prefiero defender una burrada antes que dar la sensación de que no tengo claro lo que pienso o de que navego entre dos aguas. Se admira lo firme, lo seguro y lo sólido frente a lo elástico, flexible y acuoso.

El derecho a cambiar de opinión

En muchas ocasiones se confunde la coherencia con el inmovilismo de ideas. Es decir, le llevamos la contraria a la RAE (porque somos más listos) y dictaminamos que la coherencia significa «pensar siempre lo mismo». Si esa chica nos dijo algo hace 2 años y ahora hace lo contrario, ¡exorcismo! el diablo de la incoherencia la ha poseído.

No somos plantas. No somos piedras. No somos invariables o estáticos. Somos humanos, y como tales, estamos en constante movimiento y evolución. El cambio de opinión está socialmente visto como una señal de inestabilidad (a mí que me roben pero que me den estabilidad), de poca seguridad, cuando debiera ser lo contrario. Quizá nos debería de dar un poquito de repelús alguien que sigue pensando igual que con 18 años, ya que significaría que su mente y sus opiniones se han quedado en el mismo estado y no han evolucionado, por lo tanto, no puede aportar nada nuevo. No ha aprendido, no ha reflexionado.

Por supuesto que hay ideas clave que se pueden tener grabadas a fuego (aunque cada vez lo pongo más en duda y me parece más antinatural) pero creo que debiéramos limpiar un poco la imagen del cambio de opinión y pintarlo como lo que es, un aspecto natural necesario para evolucionar, que nos permite explorar nuevos caminos y sobre todo, que nos hace ser más honestos con nosotros mismos. Animo desde este humilde post a naturalizar y utilizar frases como: «pues fíjate, ayer pensaba esto, pero lo he pensado y he cambiado de opinión», «no, ya no quiero eso», «ahora quiero esto otro» o «ya no pienso así». No eres inestable, eres NORMAL.

Y es que me atrevo a decir que la mayoría de personas experimentan estos cambios en sus sentimientos, formas de pensar, opiniones etc. pero se ocultan por la ya mencionada esclavitud de la coherencia, que nos hemos forjado solitos (por si tuviéramos ya pocas cadenas de las que librarnos).

¿Existe la coherencia?

Tampoco se trata de denostar toda virtud de la coherencia. Por supuesto, tal y como comenta la amiga RAE, el actuar en función de tu forma de pensar (en el mismo espacio temporal) siempre es de admirar, pero no habría que obsesionarse con eso.

1 – Porque la coherencia 100% no existe. Estamos en contra de la mano de obra barata pero compramos en Inditex, puedo estar en contra del maltrato animal y comprar cosméticos testados en animales, echo sapos y culebras sobre el consumismo pero cambio de móvil cada año y así un largo etc.

2 – Porque la incoherencia a veces es divertida. La estabilidad y rectitud continua llevan al hastío, al aburrimiento y a la frustración interna. Permitámonos un ápice de flexibilidad en este sentido y saboreemos también el ser un poco incoherentes.

3 – No confundamos el actuar en contra de nuestra forma de pensar con cambiar nuestra forma de pensar. Pero sobre todo, interioricemos que tenemos derecho a ambas cosas, derecho a ser incoherentes, derecho a cambiar de opinión. Ejerzámoslo con elegancia.

Que conste que hace unos años pensaba que ser coherente era algo que te definía como persona… pero… he cambiado de opinión.

Ici MouseAutor: Ici Mouse
Adoro los roedores, y el mundo Disney. Considero que todos los problemas del mundo tienen su origen en la superpoblación y la incapacidad humana para ver lo auténtico. Para ser auténticos.

Un comentario en “La esclavitud de la coherencia

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