Siempre me ha gustado septiembre. Lo sé. Es una paradoja. Fin del verano, de las vacaciones y, aún así, incluso cuando era niña, septiembre me gustaba. Siempre ha sido como una especie de segundo comienzo del año. De hecho, mis años, mis planes y mi organización casi siempre han empezado más en septiembre que en enero. Curso nuevo, planes nuevos, objetivos nuevos… En septiembre siempre estoy llena de energía y la motivación que había perdido de enero a junio se ha recargado durante el verano. Ya sabes, los poderes curativos del sol y la playa.
Enero siempre se empieza también con ganas, pero para cuando llega el verano (o mucho antes), la mayoría de nosotros ya ha empezado con el ‘mañana empiezo‘ o el ‘ya lo haré otro día‘. Se nos olvida que queríamos dejar de fumar, conseguir un cuerpo de escándalo para este verano, aprender a cocinar o cualquier otra idea loca. Simplemente perdemos interés y la motivación inicial se esfuma, ¡puff!
Septiembre, una segunda oportunidad
Vale, milagros a Lourdes. Olvídate de tu lista de 20 propósitos de año nuevo. Tienes 3 meses para cumplir ALGÚN objetivo de tu lista, mejor será que te centres, porque si no eres capaz de continuar con el curso pagado de alemán, ¿de verdad crees que vas a ser capaz de cumplir tus 20 deseos? Sé realista, aquí no hay lámpara mágica.
Busca TU propósito, UNO, el que te hace ilusión de verdad, el que te haría feliz cumplir y deja las excusas.¿Cuál es tu propósito principal? Búscalo y persíguelo. ¿Cómo?
‘No importa tu pasado si estás dispuesto a construir tu futuro‘. Brian Tracy
Abandona tu zona de confort
Nada te hará más mal que hacer siempre lo mismo, vivir en la rutina, con la misma gente… Sin retos. Para crecer y aprender necesitamos hacer cosas que nunca hemos hecho, porque eso nos llenará de confianza, nos hará pensar de manera diferente e incluso considerar las cosas desde una perspectiva distinta.
Vive feliz
Todas esas frases de positivismo que muchas veces nos repatean tienen razón. Haz de tu lunes un viernes, de tu vida un sueño etc etc. Se trata de tener ganas de vivir, de levantarte con energía, porque cuando haces lo que te gusta, cada día son vacaciones. ¿No sería genial sentir que estás de vacaciones todo el año? Que sí, que ya lo sé, odias tu trabajo, tienes un compañero que no soportas y mil cosas más que no son de tu agrado en tu día a día, pero SEGURO que puedes encontrar algo bueno, algo que te guste en cada día y si no es así, búscalo y cambia tus días.
Rodéate de gente que te inspire
Necesitas buscar un ‘role model‘ que te inspire, que te enseñe y que te haga querer progresar y mejorar en el camino. Si te rodeas de gente conformista, sin ambición (y no me refiero a la profesional, si no a la ¿vital?), tendrás más miedo a salir de tu zona de confort y tendrás menos posibilidades de aprender y avanzar. ¿Cómo puedes encontrar a gente que te motive de verdad? ¡Haz networking!: ve a conferencias, eventos, apúntate a un curso de escritura creativa, haz intercambio de idiomas o ¡yo qué sé!, haz una fiesta y que tus amigos inviten a SUS amigos; el objetivo es conocer gente nueva, buscar a gente con «tu flow«.
¡A por todas!
En definitiva, lo mejor es empezar el curso con ganas, organizarte y hacer lo que te guste. Mi conclusión de este verano es que más vale que hagamos lo que queramos sin importarnos lo que piensen los demás, porque nunca se sabe cuándo va a ser el final del cuento.
¡Buena vuelta al cole!
Nómada de mudanza 