La típica frase. Todos la oímos, pero ¿cuántos se la creen? El porcentaje de gente positiva no creo que sea muy alto e incluso me atrevería a decir que no hace más que bajar. Vale, es normal: la crisis, no hay trabajo, una miseria de sueldo etc etc. Motivos no nos faltan para quejarnos. Sin embargo, ¿tenemos algún motivo para tratar de vislumbrar la luz al final del túnel?
Nos cuesta valorar lo que tenemos. Es parte del mundo capitalista en el que vivimos, en el que ‘tenerlo todo‘ es lo ¿normal?. No nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos [otra frase hecha, pero ¡qué gran verdad!]. ¿Es algo innato en nosotros, querer siempre lo que no tenemos? Probablemente, pero este tema ya es harina de otro costal.
Optimismo = éxito
No diría que es una realidad absoluta, pero ¿de quién te fiarías más: de alguien que siempre ve una ventana abrirse cuando se cierra una puerta o del alarmista que, pase lo que pase, lo ve todo negro y sin solución?
Según diversos estudios, el optimismo es la cualidad más asociada al éxito y a la felicidad, ya que las personas optimistas consiguen mejores resultados en los estudios, son más productivos en el trabajo y hasta tienen mejor salud. ¿Te sorprende? Si lo analizas detenidamente, me parece lo más lógico del mundo. Sentimos y somos lo que pensamos. Si lo ves todo gris, ¿¡cómo vas a ser feliz!? Es una especie de círculo vicioso: todo me parece malo – no veo soluciones – no intento cambiar las cosas – me frustro – me deprimo – todo me parece malo. Y claro, salir de este pensamiento adictivo está lejos de ser sencillo.
Todo depende de tu actitud: el positivo vs el negativo
Desde pequeños, en el colegio, han valorado nuestra ‘actitud‘, incluso con una nota, pero, en realidad, la actitud es la parte visible de nuestro carácter, es inconsciente y muy difícil (aunque no imposible) de cambiar. Es lo que nos sale de manera natural, ‘de dentro’.
Sin embargo, tener una actitud positiva se puede entrenar. Es un valor con el que se le planta cara a la vida. Muchas personas argumentan que la persona positiva u optimista vive al margen de la realidad ¿Es eso cierto? Yo no lo creo; es, simplemente, una tendencia.
La persona optimista prefiere hacer el esfuerzo de ver las cosas de forma positiva, aunque reconozca las cosas negativas. Las ve, no niega las cosas negativas, PERO busca soluciones, lo que puede salir bien, la ventanita que se abre al final del tunel. Este tipo de persona piensa en lo negativo como algo pasajero: no tengo trabajo, pero voy a encontrar uno; estoy enfermo, pero me voy a curar…siempre ve el otro lado de la moneda.
El negativo, en cambio, SÓLO ve lo malo, no es capaz de ver lo que puede salir bien (y siempre hay algo que puede salir bien). A nivel emocional, tiene más ansiedad y tristeza, porque no tiene esperanza en que las cosas mejoren y ésto reduce la probabilidad de éxito, porque no se orienta hacia el éxito buscando soluciones y caminos, si no que tira la toalla antes, incluso, de intentarlo.
El optimista SIEMPRE lo intenta, nunca se rinde. Es más creativo, tiene menos miedo a emprender, a hacer cosas nuevas. ¿Por qué? Porque relativizan y eligen lo que es importante y lo que no lo es. No se amargan por las pequeñas cosas y ponen la energía en lo que pueden cambiar y mejorar. Esta manera de actuar debería ser el objetivo de todos nosotros, ¿no? Vivir menos amargados y más felices, ¿no suena mal, no?
El humor
Hace poco leí un artículo que decía que las mujeres (del feminismo – o del machismo- ya hablaremos otro día) que sonríen y son felices tienen menos posibilidades de obtener puestos de responsabilidad. Sí, éste artículo me sacó un poco de mis casillas…pero volviendo al tema, el humor es una de las mejores terapias que existen. ¡Por algo ahora hay hasta clases de risoterapia!
La gente que se ríe es más segura, más eficaz y sabe dar el valor correcto a las cosas. Vaya, por lógica aplastante, un empleado que disfruta en su trabajo estará más involucrado y trabajará mejor (y más) que un empleado deprimido o que odia su trabajo [independientemente de su género, por cierto].
Conclusión
Yo no creo al 100% en el pensamiento positivo como lo promocionan en libros como ‘El Secreto‘; por mucho que te visualices mañana viviendo en una mansión con piscina climatizada y vistas a la playa, no va a aparecer todo eso de la nada. Sin embargo, sí creo y defiendo el pensamiento positivo como fuente motivadora; es decir, ser positivo te motiva a hacer cosas, a ver todos los colores del arco iris en la vida y a intentar acercarte a tus metas cada día un poquito más y sin duda, ¡eso sí funciona!
Esperanza + humor + esfuerzo = optimismo = más probabilidades de éxito/felicidad
Me encanta la conclusión. Y como en casi todo, lo creo en los extremos, hay gente que tiende más a ser negativa y otra justo lo contrario, entendiendo, que casi siempre vivimos en «los grises» (nada es absolutamente genial o terriblemente mierdoso). No son las cosas que te pasan sino como reaccionas ante ellas, y las personas que saben ir por la vida con una sonrisa aunque lo estén pasando mal… olé! No solo por ellas, sino también por lo que irradian. EMPECEMOS A SER MÁS POSITIVOS… y nos irá mejor! Yo empiezo hoy! 😉
Me gustaMe gusta
¡Qué interesante! Muy de acuerdo contigo. No creo en el optimismo sin sentido de intentar verlo todo chupi guay del tipo «gano una mierda, no pasa nada». Creo sobre todo en el optimismo «racional». Sería algo así como «gano una mierda, me da rabia y no es justo, PERO tengo algo con lo que vivir y me motiva para buscar otras cosas». ¿Sería algo así el enfoque? Yo al menos lo intento trabajar así día a día. Aún mucho por aprender 😉
Gracias por la aportación!
Me gustaMe gusta
¡Exactamente ESE es el enfoque! 🙂 Ánimo con el positivismo racional!!xx
Me gustaMe gusta