“Para siempre”; dos simples palabras que a algunas personas les causarán terrores nocturnos, mientras que a otras les supondrán la alegría más inmensa del mundo. Y es que… aunque no hay dos personas iguales, se nos pretende encasillar en un mundo en el que alcanzar lo “definitivo” es lo acertado, tener algo “until you die” o hasta que te mueras, es, supuestamente, la meta de todos. Y digo yo… ¿de verdad hay que sentir eso?
Los para siempres abarcan desde el ámbito laboral, propiedades o amistades hasta el sagrado voto del matrimonio. El que más acumula, gana. Aunque yo aún no estoy segura de que eso sea ganar. Al menos no en todos los ámbitos. Como este asunto da para mucho, quisiera empezar por analizar el tema de las amistades.
AMIGOS PARA SIEMPRE
Todos recordamos la canción de los Manolos, una auténtica oda a la amistad eterna. Que es posible alcanzarla, todos lo sabemos, que es fácil, ahí ya tengo mis dudas.
Se dice que si una amistad dura más de 7 años es indestructible. También se oye que las personas inteligentes tienen menos amigos. En mi humilde opinión, las cosas no son tan sencillas. No creo que haya una receta mágica que prediga la duración de ninguna relación.
Además, no tiene nada que ver la relación que se tiene con unos amigos y con otros. Están los que sabes que harían cualquier cosa por ti (normalmente un par a lo sumo) y el resto; que varían desde la gente con la que hablas de forma cotidiana a aquellos que ves una vez al año. Todos son importantes a su manera, pero creo que todos coincidimos en que no se siente lo mismo si se pierde a uno de tus best friends o a alguien con el que tomas café de vez en cuando. Estos últimos son más “prescindibles” y es mucho más probable que desaparezcan paulatinamente.
Hay amistades por las que vale la pena luchar, y otras por las que… menos. Y no pasa nada. Algunas están destinadas a morir (cuando se pierde lo que las unía), y otras que jamás creíste que terminarían, lo hacen y lo sufres. Es parte de la vida supongo.
CUESTIÓN DE TIEMPO
Es triste, pero cierto. En la adolescencia tu mundo se limita al instituto y a tus amigos del instituto. No hay más. No hay elecciones que hacer, ni hace falta distribuir tu tiempo. No hay opciones. Quedas con ellos. Siempre. Sin excusas.
¿Pero qué pasa a medida que creces? Qué la vida cambia. Estudias y conoces gente; te apuntas a una actividad (idiomas, deportes, bailes…) y conoces gente; curras, y conoces gente. Muchas de esas personas pasarán desapercibidas en tu existencia, pero habrá otras con las que congenies. Y quieras que dejen de ser sólo compañeros de algo. Así que llega un momento en el que te plantas a viernes, y tienes dos días para poder estar con tu amiga del insti, la de inglés, los de baile (…) y como tengas pareja ya… ¡buff! Misión imposible cuadrar tu agenda con la suya.
CUESTIÓN DE INTERÉS(ES)
La longevidad de una relación de amistad también dependerá de a) el interés que ambas partes tengan en que perdure, y b) los intereses comunes.
No negaré que a medida que pasan los años, y sobre todo cuando empiezas a trabajar todo se complica. Tienes menos tiempo libre, más obligaciones, más… TODO. Pero también creo que el que quiere puede, que si hay ganas, si hay cariño, las 2 de la mañana se vuelven las 10 de la noche y siempre hay tiempo para un café o una llamada.
Otro aspecto relevante es lo que tú y esa persona tenéis en común. ¿Por qué se pierden tantos amigos del colegio? Porque simplemente crecisteis en diferentes direcciones. Lleváis vidas diferentes. Tenéis creencias diferentes. Valores diferentes. Y no pasa nada. Les deseas que sean felices y te centras en aquellos que te aporten algo (bueno).
CONCLUSIÓN
Que una amistad sea para siempre depende de muchos factores, pero, aunque se cumplan todos, nada garantiza que así vaya a ser. Sería precioso tener 80 años, mirar a tu mejor amigo al que conoces desde hace 60 y poder decir “estuvimos juntos en lo bueno y en lo malo, para todo, para siempre”. Así que si tenéis unas pocas personas a vuestro lado que merezcan una vida entera, invertid en esa relación, y, ojalá, podáis atesorar momentos únicos e irrepetibles sin fin.
Profesora que no para de aprender. Viajando por este mundo con un solo objetivo; ¡ser lo más feliz posible! |
¡Qué gustazo leerte, Jessica! ¡Bienvenida a bordo! 😀
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🙂 Gracias Lu!!!!
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Estoy totalmente de acuerdo con lo que has escrito, de principio a fin. Yo soy de los que tienen fobia al compromiso, y no me veo atado a nadie forever and ever. ¡Qué agobio! Con lo bien que se está no teniendo que dar explicaciones más que a tus padres, si es que todavía vives con ellos. Madre no hay más que una, y menos mal.
Y respecto a los amigos, hay de todo. Conservo una amistad de 9 años, a cuya boda deberé asistir en un mes, y otra de 8, en la que solemos discutir bastante, pero al final sabemos que si tenemos algún problema podemos contar el uno con el otro. Pero hay otras amistades, o mejor dicho, otras personas, que sólo están de paso. Llegan a tu vida porque tienen algo que aportarte/enseñarte/joderte, y una vez han cumplido su tarea, se van por donde vinieron.
Buena entrada 🙂
Un abrazo.
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¡Gracias por tu comentario! Y sí… es así, creo cada persona que pasa por tu historia tiene su función, incluso los que te hacen daño. Pero mejor intentar ser positivos y valorar a los que no nos hacen perder la fe en la humanidad 😉 (algunos/as hay)
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