La vida de los jóvenes de hoy en día es como una noria: de Madrid a Dublín, de trabajar en el McDonals al paro, de prácticas a una empresa, de nuevo a la uni…Es un vaivén al que nuestros progenitores no están acostumbrados y, muchos, ni siquiera lo entienden. Nos toman por saltimbanquis incapaces de asentar nuestras posaderas y crear un nido, pero ¿somos nosotros o es esta sociedad?
Tanguy, ¿qué hacemos con el niño?
Esta película refleja muy bien a lo que me refiero. Un chico de 28 años, con estudios, maduro…, pero que no se va de casa ni con agua hirviendo. Nuestros padres quieren siempre lo mejor para nosotros y todo eso, pero no nos engañemos también deben de pensar en ellos mismos y aguantar a una lapa durante años sin fin no debe de ser un sueño.
Los padres de Tanguy, desesperados, toman la decisión de hacerle la vida imposible a su hijo para que, aunque sea por las malas, se vaya de casa. ¿Lo conseguirán?
Tomando perspectiva con el tema y analizándolo, yo veo, claramente, dos tipos de ‘hijos‘:
- Los que no SE QUIEREN ir, por eso de ‘¿Dónde voy a estar mejor?‘
- Los que no SE PUEDEN ir, por problemas económicos, normalmente.
¿Dónde voy a estar mejor que en casa de mis padres?
Me dan de comer, me limpian la casa y ¡hasta me hacen la cama! Y claro, ¡todo gratis! ¿Cómo me voy a quejar? No hay duda, este tipo de personas tienen una especie de síndrome de dependencia, no tienen ningún interés en sentirse independientes, ni siquiera aproximándose a la treintena (o incluso sobrepasándola).
Tengo a más de un amigo dentro de este grupo y no, la mayoría no son ‘ninis’. Tienen un trabajo, no llegaran ni a mileuristas, pero estando en casa con papá y con mamá todo son ahorros y vicios. Salen de fiesta todos los fines de semana, se van de vacaciones, se compran coche. ¡No necesitan escatimar! Ven la casa de sus padres como un tipo de hotel, no hay horarios, pero sí pensión completa, ¿se puede pedir más?
¿Será también un factor cultural? Los países del sur de Europa son los más ‘familiares‘, por así decirlo, y el desapego del hogar resulta, en muchas ocasiones, más difícil. Sin embargo, otra de las razones clave para no abandonar el hogar familiar es la comodidad. Sí, somos una generación que ha sido educada en la comodidad; valoramos mucho el ‘vivir bien, fácil’. Por eso, muchos jóvenes temen que si se independizan, perderán beneficios materiales. ¿Lo peor de todo? Seguramente tienen razón.
No tengo dinero
Vale. Ésto no puede negarse. Pasamos por una coyuntura económica complicada y las tasas de paro son escandalosas. Por lo tanto, menos gente puede permitirse independizarse, especialmente, si no se tiene pareja y el peso cae sobre una sola persona.
Además, aunque nos llamen ‘ninis’, muchos jóvenes son más bien lo contrario a un ‘nini’. Puede que no tengan trabajo o incluso que ya hayan terminado la carrera o el master de turno, pero no paran. Un curso por aquí, una conferencia por allá, un taller… Algunos incluso ven en la acumulación de títulos la solución a sus problemas. Estar en casa enfrente de la caja boba no está hecho para todo el mundo. Eso sí. Siguen gastando. Los masters no son gratis y los padres siguen soltando y soltando, pero ¿para qué? ¿De verdad tener tres masters te va a permitir encontrar el trabajo de tus sueños? Ese ya es otro tema, pero más vale hacer algo que no hacer nada, ¿o no?
CONCLUSIÓN: Los motivos sobran. Unos no se van porque no quieren, otros porque quieren irse en las condiciones más propicias, otros porque ni siquiera se lo pueden plantear, pero… ¿Por qué no somos capaces de darnos cuenta de que, en realidad, no necesitamos tantas comodidades como creemos? La independencia, el ser capaz de valerte por ti mismo, merece la pena con creces.
Asimismo, todas las encuestas reflejan que las mujeres somos más valientes a la hora de abandonar el hogar en casi todos los países europeos. Hip-hip, hurra!
Y tú, ¿por qué no te vas de casa de la ‘mamma’?
Me apunto la peli para verla.
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Espero que te guste!!A mi me la pusieron en clase de francés hace años y vaya, te hace pensar 🙂 Un abrazo!
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En mi caso no me voy de casa de la ‘mamma’ porque no me lo puedo permitir. Si no hay trabajo, no hay dinero. Y si no hay dinero, no puedes valerte por ti mismo económicamente. Se suele utilizar el concepto despectivo ‘nini’ cuando se habla desde la comodidad que un trabajo te concede. Pero la realidad es que hay muchas personas con talento esperando a que se les dé una oportunidad para demostrar su valía. Empresas que no tienen ni la educación de responder con una negativa cuando les mandas tu currículum repleto de ganas de pencar y seguir aprendiendo. El verdadero enemigo de los jóvenes es el silencio.
Irse de casa sableando a tus padres o chantajeando a tu novio/a con sexo creo que es bastante más miserable que seguir chupándoles la sangre en la casa en la que has vivido toda tu vida. Así por lo menos les haces compañía para que no se sientan tan solos.
Los habrá que prefieran seguir en casita calentitos y felices, con su trabajo y sin tener gastos. Pero hay otros que, sin ese empleo, por pobre que sea, no queremos pedir más.
Por otra parte, un master no te ayuda a conseguir trabajo, sino a satisfacer tu ego y agrandar la paranoia de que no estás preparado para insertarte en el mundo laboral.
Un abrazo.
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Mucho ánimo, Pablo!!Yo también he estado en esa situación y buscar trabajo es todo un trabajo y muy desesperante; recuerdo saltar de alegría cuando me contestaban «te añadimos a nuestra base de datos».Al final, emigré y ahora vivo fuera, pero la mamma me guarda la cama porque en cuanto se me acabe el contrato, vuelvo al nido…
Lo del silencio es todo un tema. Mi padre siempre me lo recrimina, que los jóvenes aceptamos todo, que trabajamos de gratis, que no nos quejamos…y vaya, razón no le falta!!Además,dicen que somos la generación más preparada, no?? (Y yo no tengo master jaja)
Bueno, espero que 2017 sea tu año y si te planteas emigrar a Francia, encantada de ayudarte 😉
Un abrazo!!
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