Como dijo Fellini, cada idioma es un modo distinto de ver la vida y cuantos más idiomas aprendo más de acuerdo estoy con él. Hablar en otro idioma no solo te permite comunicarte con más personas, si no que te acerca a una cultura diferente, a otras ideas y a otras maneras de hacer las cosas. ¿No te parece sorprendente?
LA AVENTURA DEL VIAJE: PRIMERA EXCUSA
No tiene absolutamnete nada que ver irse de vacaciones: levantarse tarde, holgazanear en la playa, hacer turismo… con los viajes que se realizan para aprender un idioma: vas a clase, te relacionas con nativos, acabas agotado mentalmente, pero con una satisfacción personal inmensa.
‘El mundo es como un libro abierto y quien no viaja, sólo ha leído la primera página.‘
Es la excusa perfecta para viajar y te permite disfrutar del antes, del durante y del después. ¿Antes? Planificando: eligiendo el destino, la academia de idiomas, la casa… ¿Durante? Mil aventuras, gente nueva, malentendidos con el idioma, luchar por hacerte entender, excursiones, risas…¡Es una experiencia que se vive al 150%! ¿Después? Miles de recuerdos y nuevos amigos con los que hacer Skypes y quedadas por el mundo. No suena mal, ¿no?
SEGUNDA EXCUSA: Aprendizaje a cámara rápida.
En el mundo a actual en el que cada segundo vale oro, todos queremos invertir el menor tiempo posible para cualquier actividad y, por supuesto, sacar el mayor beneficio. Los idiomas son horas, son tiempo, trabajo, dedicación y sacrificio. Uno no se levanta un día sabiendo un idioma nuevo, hace falta sudar la camiseta.
¿Cómo acelerar el proceso? ¡Inmersión completa! Como no puede ser de otra manera, viviendo con una familia nativa, viviendo en el país en el que se habla el idioma que quieres aprender y además, estudiando el idioma, avanzarás mucho más rápido, porque invertirás todas las horas del día a eso. Pasado un tiempo, hasta te darás cuenta de que piensas en ese idioma sin querer o ¡hasta soñarás en ese idioma!
TERCERA EXCUSA: Nuevos amigos
No hay nada que pueda unirte más a un ‘desconocido’ que sentirte sólo ante el peligro. Conocerás gente nueva y se convertirán en tus confesores, en tu familia y en tus amigos. Hablarás de temas que ni siquiera te habías planteado antes, te reirás con los estereotipos y aprenderás y aprenderás, porque hay cosas que no te las enseñan los libros.

Y MUCHAS EXCUSAS MÁS
4. Nueva manera de percibir el mundo. Descubrirás que no todo el mundo piensa de la misma manera y que no todos los países funcionan igual. Te volverás más crítico. Y si te quedas tiempo suficiente en el país, hasta acabarás pensando y actuando como sus ciudadanos.
5. Te empaparás de otras costumbres y de otra cultura. Todo te parecerá sorprendente y excitante al principio: intentarás aprender el baile regional, el himno del país, probarás todos los platos típicos que tengas a tu alcance…
6. Será el empujón que necesita tu CV. Los idiomas son fundamentales, cuantos más sepas, más puntos positivos tendrás en el CV.
7. Serás más creativo. ¡Está comprobado!: ser multilingüe impulsa nuestra creatividad.
8. Lucharás contra el alzheimer. Sí, sí, como lo oyes. Puedes empezar a luchar contra la enfermedad del siglo XXI, porque, según los últimos avances, cuando aprendes un idioma nuevo, haces nuevas conexiones neuronales, lo que es como darle un chute de vitamina C al cerebro y lo que evitará que se deteriore en el futuro.
9. Cambiarás. Estos viajes son los que te cambian la vida. Son un punto de inflexión. Ya nunca serás el mismo.
10. Dejarás de poner excusas y empezarás a buscar caminos.
LA PASTA. EL GRAN PROBLEMA.
De ahí, el número 10 de esta lista. No hace falta que seas millonario, ahora hay mil maneras para hacer este tipo de viajes. Puedes trabajar en un hotel como camarero o haciendo camas, te darán alojamiento y algo de sueldo; si prefieres los niños, ser au-pair puede ser toda una aventura y verás, desde dentro, la cultura y la manera real de vivir de las familias de ese país; puedes trabajar en tu país, ahorrar y después irte…puedes…puedes…puedes…
“El que quiere llegar busca caminos, el que no, busca excusas.”
Y tú, ¿ya has vivido esta experiencia? ¿Repetirías?
Y tú, el que todavía no se ha lanzado a la piscina, ¿te animas?
Llevo dos meses aquí en el extranjero y tengo que admitir que así es, no soy el mismo que salió de casa he cambiado y ahora veo como al conocer cada día mejor a mis compañeros hacen que cambie mi modo de pensar y de ver el mundo.
De ese modo que al irte al extranjero, ganas mucho más que solo aprender un idioma. 😉
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¡Exacto!!Yo me fui una vez a Irlanda a estudiar inglés y desde entonces no he parado…o te encanta o lo odias 🙂
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Y la verdad, que es mucho más fácil odiarlo que amarlo, al principio ya que al comenzar es un cambio muy grande y chocante que todo lo que te rodee no sea tu idioma, pero si superas esos días ya tienes mucho ganado, y como tu dices, ya no paras de aprender idiomas.
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Sí, se vuelve como una droga…:)
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