Giverny, un jardín japonés a las afueras de #París

giverny1Un día festivo. Buena compañía y sol. ¿Puede haber un plan mejor que Giverny? Llevaba varios meses queriendo visitar la casa de Monet. Mucha gente me lo había recomendado, me decían que los jardines eran exactamente igual que los cuadros y que la visita merecía, sin duda, la pena. Al principio, dudaba un poco que fuera todo tan idílico, pero poco a poco la curiosidad iba venciendo a mi incredulidad. ¡Tenía que verlo con mis propios ojos!

¿Cómo llegar a Giverny?

45 minutos aproximadamente en tren desde Paris-Saint Lazare + un autobús Vernon-Giverny de unos 10 minutos. ¡Atención! La línea de tren que hay que coger es: Paris / Rouen / Le Havre y la parada es ‘Vernon‘. El autobús se coge enfrente de la estación y eran unos 8 euros ida y vuelta. El billete de tren París-Vernon cuesta unos 15 euros por trayecto, es decir, 30 euros ida y vuelta.

Los mil  y  un turistas

Un autobús abarrotado de turistas. Sólo son 10 minutos, pero no puedes evitar acordarte de la expresión ‘como sardinas en lata‘. Llegas y te das cuenta de que Giverny es un pueblecito 100% turístico y de las pocas posibilidades que tienes de encontrarte con verdaderos ‘givernenses’; ‘normal – piensas – habrán huido del turismo masivo‘.

Yo fui un día festivo, quizás no fue la mejor elección. Para los afortunados que puedan permitirse ir entre semana: ¡no dudéis en evitar las aglomeraciones de los fines de semana! Entre los turistas destacaban los asiáticos y los americanos, ¿por qué? Mi teoría: los europeos visitan París con un tiempo muy limitado y planeando mucho menos, con ver ‘el centro‘ les parece más que suficiente; mientras que los asiáticos y los americanos planean detalladamente el viaje, se informan y organizan su tiempo a la perfección y, claro, ¡no se podían perder un pedacito de paraíso a dos pasos de París! ¿Tiene sentido?

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©Asier Nelows

Giverny, el corazón del impresionismo

Giverny se encuentra al norte de Francia en Normandía y principalmente, es conocido porque el inventor del Impresionismo, Claude Monet, vivió ahí durante la gran parte de su vida, exactamente durante 43 años. En 1883, cuando Monet decidió mudarse a este pequeño pueblo, solo contaba con unos 300 habitantes. Estaba claro, Monet quería huir del ajetreo parisino y buscaba en la paz su musa para crear.

A parte de pasear por las callejuelas de este pequeño pueblo, visitar su iglesia y el cementerio en el que se encuentra Monet y varios de sus familiares, existen dos puntos de visita concretos:

1. La casa y jardines de Monet

En 1966 el hijo de Monet decidió donar la casa y los jardines de su padre a la Academia de Bellas Artes. En 1980, se convirtió en museo después de varias obras de restauración (especialmente del estudio de las Ninfas y su colección de gravados japoneses que se colocó en diversas habitaciones, y la creación de los jardines como habían sido en el pasado). Desde entonces, la casa se ha convertido en un punto turístico sin parangón, en particular, en los meses de verano cuando las flores están en su máximo esplendor.

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©Asier Nelows

Parece que estás como en un oasis en medio del desierto. No te esperas encontrarte algo así en Francia o, al menos, yo no me lo esperaba. La casa es preciosa, con ese encanto de las casas de la campiña francesa. Muy bien restaurada, casi puedes imaginarte de Monet pintando o tumbado en un diván. Las vistas a los jardines son exquisitas, claro. El único inconveniente es el número de personas que visitan la casa a la vez: en temporada alta, básicamente, te van empujando de una habitación a otra y puede resultar un poco agobiante. ¡Nada es perfecto!

Los jardines = increíble. ¿Quién puede esperar ver nenúfares en Francia? Y no sólo eso, si no flores exóticas de todos los colores, puentes de madera…simplemente es mágico. Sí, exactamente como en los cuadros. Es como si saltaras dentro de uno de sus cuadros, como en la película ‘Mary Poppins’. ¡Merece la pena!

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©Asier Nelows

2. El museo del impresionismo

El segundo sitio más visitado de Giverny es el Museo del Impresionismo dedicado a la historia del impresionismo concretamente en Giverny  y a lo largo del río Sena.

No te voy a engañar. Yo no entré al museo. Hacía un día maravilloso y simplemente, no apetecía encerrarse en un museo. Además, ya había estado en el Musée d’Orsay con sus obras impresionistas y no tenía muchas esperanzas de que este museo pudiera aportarme mucho mejor. Si me equivoco, ¡dímelo y la próxima vez no me lo pierdo!

¿Te sobra tiempo? ¡Visita VERNON!

Tienes que coger el tren en Vernon y el autobús de vuelta tiene dos paradas: una en el centro del pueblo y otra al lado de la estación. Si te apetece, bájate en el centro y visita lo siguientes sitios, especialmente el molino, ¡digno de una foto de postal!:

  1. Collégiale Notre-Dame
  2. Musée de Vernon (museo)
  3. Vieux Moulin (molino junto al río)
  4. Tour des Archives
  5. Château de Bizy (castillo)

CONCLUSIÓN: Si sólo vas unos días a París, será mejor que te centres en ver el centro y como mucho Versailles, ya sabes, lo típico. PERO si tienes algún día de más o vives en París, no te puedes perder este pedacito de cielo. La excursión sale un poco ‘carilla‘ con los transportes y la entrada a los sitios, pero lleva unos bocatas y reduce gastos y, sobre todo, ¡disfruta! Piénsalo, seguramente, ¡sólo vas a ir una vez en la vida!

Como ya he dicho, los visitantes abundan más en verano, estación en la que las flores del jardín están floreciendo, así que aunque es la estación ideal para ir si quieres ver el jardín en su apogeo máximo, intenta ir entre semana para evitar las aglomeraciones y las colas del fin de semana.

Una visita que te sorprenderá y te hará soñar.

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