A pesar de que pueda quedar fatal empezar tu primer post en un blog con un texto de libro ajeno, ahí voy:
Imagina dos hombres primitivos andando por un bosque lleno de maleza. Uno de ellos reacciona con intensidad ante cualquier sospecha de peligro (…) va andando por el bosque sospechando, para mal, de todo lo que va encontrando y siempre en tensión por si tiene que echar a correr en cualquier momento. Ahora imagina a otro completamente opuesto. Va tranquilo, confiado, contemplando el paisaje y disfrutando de él. No se preocupa hasta que no ve un león bien grande con la boca muy abierta justo delante de él.
¿De cuál crees que descendemos?
– Mindfulness funciona (Beatriz Muñoz) –
O más bien yo diría ¿cuál crees que sobrevivió?
Siempre me ha gustado escribir. Escribir realidad, escribir ficción, escribir opinión… Hace un tiempo creé un blog sobre temática diversa donde plasmaba mis opiniones sin reparos cuando ese ser interior me pedía salir afuera y expresarse. Necesitaba cierta libertad y aire fresco, de alguna manera.
Lo acabé cerrando. Lo cerré por miedo a los juicios. Me sentía muy expuesta, muy desnuda. Me daba miedo que alguna empresa leyera esas opiniones y abandonase la idea de hacerme una entrevista. Tenía miedo a comentarios desagradables, a que mi círculo de personas chocase con mis ideas, a parecer demasiado narcisista etc.
Miedo, miedo y más miedo. Pero ¿qué es el miedo en realidad? Ligándolo con la historia anterior, es una emoción necesaria para la supervivencia, necesaria para saber lo que te importa en la vida. Te puede frenar, sí, pero quizá tenga sentido tener el freno de mano disponible ¿no? Sin miedo, seríamos unos seres realmente extraños (excesivamente seguros de sí mismos) y probablemente extintos.
Por eso, cuando veo el clásico mensaje “happy flower” (este término cada vez me gusta más) de “vive sin miedo” “vivir sin miedo = ser feliz” y afirmaciones atrevidas parecidas, me pregunto si no estamos ensalzando una peligrosa utopía, si no estamos creando expectativas irreales que luego generan frustración cuando nos damos cuenta de que no podemos ser tan happy flowers como nos dice esa imagen de internet.
Satanizamos el miedo, lo evitamos, fingimos que no lo tenemos e incluso evitamos hablar de él (lo que no se menciona no existe)…Quizá sería más interesante aceptar que forma parte intrínseca de nuestro ser (como una oreja o un ojo), aprender a dominarlo y sacarle partido. Parece que la amputación de la parte emocional es más sencilla que la de la parte física (al fin y al cabo nadie va diciendo “vive sin oreja” o “vive sin ojo”) pero sí nos atrevemos a decir: no tengas miedo, no estés triste, no pienses eso…
Quizá la premisa no debería ser “vive sin miedo” sino “aprende de tus miedos” o algo similar. Y, aplicándome el cuento, aquí vengo con mi primer post.
Esta vez, mi miedo y yo.
Adoro los roedores, y el mundo Disney. Considero que todos los problemas del mundo tienen su origen en la superpoblación y la incapacidad humana para ver lo auténtico. Para ser auténticos. Por eso me gustas… |
El miedo es necesario sino seriamos unos inconscientes. Totalmente de acuerdo. Sin embargo a veces nos limita demasiado porque cada vez tiene más poder sobre nosotros. Yo sé que el miedo, la ansiedad,… son toques de atención que me indican que tengo que cambiar .. que tienen la fuerza que yo les doy… A menudo es miedo a tener miedo. Miedo a que el futuro traiga momentos que no sabré afrontar. Ahí hace daño el mundo idilico de los que nuncan tienen miedo porque no eres capaz de racionalizar por qué tú sí. Mi consciente sabe que no tiene que tener miedo, pero mi subconsciente siempre está alerta.
Siempre me digo a mi misma «sustituye la duda por un sentimiento de fe inquebrantable» Sustituye la duda de si sabrás enfrentar el futuro por la certeza de que serás lo suficientemente fuerte para hacerlo.
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Muchas gracias por tu aportación Alazne. Tienes mucha razón, son emociones necesarias pero que a veces nos bloquean si no sabemos gestionarlas adecuadamente. Tal y como una vez me dijeron, lo refleja genial la película “Del Revés” (si no la has visto aún, te la recomiendo), que deja ver cómo cada emoción tiene su utilidad y su significado aunque en ocasiones se eche de menos el árbitro que las dirija adecuadamente para crear un equipo fuerte y sólido.
No obstante, ahí está lo bonito: el aprendizaje sobre nosotros mismos (todo un reto), que tristemente, suele correr a cargo de cada uno y en época tardía, ya que en la etapa educativa más temprana se olvidan de proporcionarnos las herramientas adecuadas.
Un abrazo y mucha suerte con tu evolución personal 🙂
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