Bruselas puede que no sea el destino turístico por excelencia. Las masas de turistas suelen dirigirse a ciudades como París o Londres, pero ¡no os equivoquéis!: Bruselas tiene su propio encanto y bastantes cosas que ver y que hacer. ¿Por ejemplo?Bruselas, desde mi punto de vista, tiene un toque muy hipster. Siempre puedes pasear por Saint Gilles y visitar alguna tienda vintage, ir a algún mercadillo por Ixelles o mezclarte con los turistas y comer un gofre junto al Manneken Pis. Todo tipo de gente puede encontrar algo que le interese ver/hacer en Bruselas (quizás porque es una ciudad muy cosmopolita).
No voy a decir que tengo el mejor itinerario del mundo, porque probablemente no es así y está COMPLETAMENTE influenciado por mis gustos, intereses y preferencias. ¿Cuándo lo redacté? A finales de noviembre, cuando llevaba dos meses aquí y ya tenía ‘mis sitios fetiche‘. Además, considero que parte de hacer turismo también es: PERDERSE, COMER y CHARLAR mucho.
Tres días en Bruselas:
- Día 1:
Normalmente es el día de llegada y entre que dejas las maletas y patatín y patatán, se te pasa media mañana, pero siempre quedará tiempo para visitar un poco el centro. No importa que sea un poco de noche. Hay que ver todas las ciudades de noche, ¡cambian y sacan a relucir su propia personalidad! ¿Por dónde empezar?
¡Cómo no!Por el punto más emblemático de Bruselas: La Grand Place, un auténtico juego para la vista. En cada fachada se puede descubrir algo nuevo y se pueden ver edificios de estilo neoclásico o gótico como el Ayuntamiento o la Casa del Rey. Además, puedes retarte a intentar ver que la torre está torcida (yo no lo he conseguido), pero debe de ser verdad y cuenta la leyenda que el arquitecto al darse cuenta de que estaba torcida, subió a lo más alto y saltó. Una historia un poco tétrica, ¿no?
Iglesia de San Nicolás (por rue au Beurre) de estilo gótico, muy mona y ya que pilla de camino, ¿por qué no echarle un ojo?
¿Próxima parada? El Manneken Pis, una estuilla de unos 50 cm construída en el siglo XV que es uno de los símbolos de Bruselas. Se encuentra en una esquina entre las calles L’Etuve y Chene. Si tenéis un poco de hambre o gula, hay un montón de pequeñas tiendas donde podéis comprar un gofre para disfrutarlo mirando al Manneken.
No muy lejos de ahí se encuentra la versión femenina del Manneken: Jeanneken Pis. Tienes que deshacer el camino hasta Grand Place y seguir por la rue des Bouchers. Al final de la calle, giras a la izquierda y tomas la primera a la derecha y voilà! Justo enfrente del DELIRIUM Tremens, ¿hora de una cerveza belga? Tienen un LIBRO con más de 2.000 clases, ¡suerte con tu elección!
Probablemente, ya se acerca la hora de la cena, así que es un buen momento para ir dando un paseo hasta Sainte Catherine, una pequeña plaza rodeada de restaurantes (sobre todo, especializados en marisco). Mi elección: moules + frites (¡lo típico!: mejillones+patatas fritas) en PRÉ-SALÉE (Rue de Flandre, 20). Es un restaurante bastante conocido en Bruselas, nada ‘posh‘; más bien, te recordará a la taberna de tu barrio, con mesas corridas y ajetreo, pero la comida está buenísima.
- Día 2:
¡Toca madrugar!
Quartier Européen. Podéis visitar el Parlamento (¿jueves por la tarde-noche en Bruselas? No te puedes perder el ambientazo de la Place de Luxembourg.) y el Parc Leopold y de ahí, subir a Schuman, donde podréis ver el edificio más emblemático de la Comisión Europea: el Berlaymont.
Después de unas fotos con las banderas europeas, es momento de relajarse con un agradable paseo en el Parc du Cinquantenaire. Este ‘palacio‘ fue construido para celebrar los 50 años del nacimiento de Bélgica como nación independiente y actualmente acoge 3 museos. Si te encantan los coches, el Autoworld es parada obligatoria.
Palacio Real. A mi parecer, nada del otro mundo, pero que hay que ver. Puedes ir andando, descubriendo pequeños rincones secretos o coger el metro en la estación «Merode» hasta «Parc«. Llegas al Parque de Bruselas que tiene en un extremo la Place Royal, con el Palacio Real y, en el otro extremo, el Palacio de la Nación, sede de la Cámara de los Representantes y del Senado desde 1830.
Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, desde la rue des Colonies llegas derecho. Tiene estilo gótico y tardaron, nada más y nada menos que dos siglos en contruírla. ¡Ahí es nada! Es la principal iglesia católica de Bélgica y ha sido saqueada infinidad de veces a lo largo de los siglos. Con un estilo similar, puedes visitar la Iglesia de Notre Dame du Sablon, además la zona del Sablon tiene un encanto particular, con tiendas de chocolate y jaleo de gente.
Otro emblema arquitectónico de Bruselas es La Bourse (y está en una zona con mucho ambiente para tomar algo o sentarse en las escaleras con un gofre).
¿Hora de comer y con ganas de nuevas experiencias? Justo enfrente de La Bolsa hay un ‘EXKI‘, es una franquicia de comida orgánica. Hay por todas partes y puedes coger un bocata y seguir la marcha o sentarte más tranquilamente. ¡Aviso a navegantes!Suelen hacer unas combinaciones un poco curiosas. Eso sí, no te pierdas la cheesecake citron speculoos, ¡se te va la cabeza en el primer bocado!
Si quieres las mejores vistas panorámicas de la ciudad, tendrás que subir a la plaza Polaert, junto al Palacio de Justicia, que es tan grande que siempre está en obras. El barrio que está justo debajo es Saint Gilles, un barrio muy alternativo, con grafitties por aquí y por allá y con muchas tiendas vintage.
A estas alturas ya deberías de estar muerto: ¡Comienza la hora de la cerveza belga! Yo recomendaría visitar tres sitios:
- El Parvis de St. Gilles: es una plaza con terracitas y muy buen ambiente. Mi primera cerveza me la tomé ahí:)
- L’Athenée, en Matonge: mi bar favorito. Muy hipster, una atmósfera relajada y ricas cervezas.
- De Haus, cerca de la Place Fernad Coq: es un gin&tonic bar en realidad, aunque también puedes tomar cerveza, ¡ésto es Bruselas! Los cubatas están buenos, pero nada menos de 11 euros. Te ponen unos bols con cacahuetes que crean adicción a cualquiera.
- Día 3
Día de ‘relax‘, por si hay un poco de resaca del día anterior. Además, si es el día de vuelta ya estarás con el ‘runrun‘ en la cabeza.
Otro de los símbolos de Bruselas es el Atomium (metro Heysel), una construcción gigante que fue símbolo de la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Junto al Atomium está Mini Europe, un parque con 350 maquetas hechas a escala 1/25 que representan 80 ciudades de la Unión Europea. Se puede comprar un ticket combinado para los dos sitios.
La Basílica del Sagrado Corazón (barrio de Koekelberg) es el edificio más imponente de Bruselas. Data del siglo XX y es la quinta iglesia más grande del mundo. Tiene estilo Art Decó y se construyó para conmemorar el 75 aniversario de la independencia de Bélgica. ¿Lo mejor? Su cúpula verde.
Hora de ir al aeropuerto, comer o tomar más cervezas belgas, ¡tú eliges!
CONCLUSIÓN: Este itinerario probablemente no sigue el orden geográfico más adecuado, porque a mi me gusta perderme y no incluye museos, aunque en Bruselas hay muchos. Sin embargo, sigue un orden de preferencia. Sin duda, nunca daría prioridad al Atomium y a Mini Europe y considero que dedicar algo de tiempo a charlar con unas buenas cervezas belgas es calidad de vida. ¿Quién no está de acuerdo? Eso sí, puedes visitar los sitios en distinto orden, pero son los ‘musts‘ de Bruselas y no te decepcionarán.
Bruselenses, expatriados en Bruselas, turistas en Bruselas, ¿añadirías algo que consideras fundamental?, ¿recomendarías algún bar o restaurante?, ¿comentarios?
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