¡Qué difícil es tomar decisiones! Nos da miedo equivocarnos, hacer algo nuevo, arriesgarnos, lo desconocido…y, sobre todo, perder. Al fin y al cabo, tomar una decisión siempre significa asumir una pérdida. SIEMPRE hay un coste de oportunidad, algo que pierdes. Y claro, ¿quién no quiere tenerlo todo?
¿Por qué nos cuesta tanto decidir?
- Miedo al fracaso. Los perfeccionistas nos torturamos con la idea de cometer el más mínimo error, no digamos una decisión que en el momento nos parece vital…
- Dificultad para ver lo bueno y lo malo. Ninguna opción será nunca perfecta. Todo tiene sus aspectos positivos y sus aspectos negativos.
- Falta de confianza en las decisiones tomadas. Hay personas que cambian de opinión cada cinco minutos porque siempre tienen dudas sobre la decisión tomada.
- Dependencia. Si siempre has tenido a unos padres o a unos amigos que tomaban las decisiones por ti, ¿cómo vas a ser ahora capaz de tomar la decisión correcta?
Hay infinidad de motivos y varían dependiendo de la persona, su contexto o su manera de ver la vida. Por ejemplo, yo me considero bastante valiente y arriesgada, pero a la vez soy muy responsable y me gusta la estabilidad, por lo que me cuesta tomar decisiones importantes. Y a ti, ¿qué te frena?
Los cinco pasos claves para tomar la decisión correcta:
- Coge lápiz y papel y apunta pros y contras de cada opción.
- Puntúa del 1 al 10 cada aspecto según la importancia que le des. Por ejemplo, si una de las opciones es un trabajo estable y tu prioridad es asentar la cabeza, a ese aspecto lo valorarás con un 10; mientras que si es un trabajo temporal le darás un 5. Suma.
- Analiza los resultados posibles para cada alternativa. ‘¿Qué pasa si elijo A? ¿Y si elijo B?’
- Escucha las opiniones de los demás. Cuantas más, mejor. Te aportarán ideas y perspectivas que quizás jamás te hubieras planteado.
- Sé irracional. ¿Qué quieres de verdad? ¿Qué harías si no tuvieras miedo a salirte de tu zona de confort? Realmente, ahí está la respuesta correcta.
Ejemplo: ¿trabajo estable o aventura europea?
Mi último comedero de cabeza ha sido precisamente ¡eso!: elegir entre un puesto estable en una buena empresa o cinco meses en la Comisión Europea, mi ‘sueño de juventud’. Podéis imaginaros la de noches sin dormir que he pasado, los días con el monotema en la boca, en la cabeza… He analizado pros, contras, consecuencias. He pedido opiniones, consejos. En definitiva, he removido Roma con Santiago.
Entre mis amigos había opiniones de todo tipo. Estaban ‘los estables’ que me decían frases como: ‘un trabajo hasta que te canses hoy en día es irrechazable’, ‘los aventureros-dramáticos’: ‘puede que sea la última vez que te vayas a vivir al extranjero’, ‘los europeístas’: ‘dime cómo has conseguido estas prácticas que dejo mi trabajo y me voy contigo’. Sí, tengo amigos de todo tipo. Puede que no sea lo habitual, pero tengo la suerte de haber conocido a mucha gente en ambientes muy distintos. Les doy las gracias a todos por su ayuda.
Pero llegó EL DÍA. Yo y la decisión solas ante el peligro. Tiré todas las papeletas al aire, con mis análisis exhaustivos, y pensé ‘la vida son dos días y ya ha pasado una mañana’ y me tiré de cabeza a la piscina. BRUSELAS: mi próximo destino y para no repensármelo me compré el vuelo de ida, mandé el papeleo que me faltaba y rechace el puesto estable ese mismo día. (Y ya estoy en Bruxelles)
Conclusión
Somos como somos, quienes somos, por las decisiones que hemos tomado a lo largo de nuestra vida. A veces buenas, a veces menos buenas, pero nada puede ser peor que preguntarse ‘¿qué hubiera pasado SI…?’. Si quieres hacer algo, ¡lánzate! ¡YA! ¡AHORA!¡Nunca es tarde! Y nunca se sabe. Como diría Forrest Gump: “La vida es como una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar” (y ahí está la emoción, ¡disfrútalo!).
Y de regalo… ‘El camino del éxito’, un vídeo que merece la pena:
Resumen:
- No pongas excusas.
- Ten ideas.
- NADA es imposible.
- TRABAJA
- Si quieres algo, ¡HAZLO!
¿Cuál es la decisión que más te ha costado tomar? ¿Por qué?
En mi caso y como me conoces bien… miedo al fracaso! Peeeroooo poco a poco se asimila que el que no arriesga no gana y que incluso los «fracasos» son necesarios en la vida para aprender y crecer. By the way, me encanta este post!
Me gustaMe gusta
Los riesgos, a la larga, SIEMPRE son un acierto;)
Me gustaMe gusta
Y más orgullosas aún deberíamos estar de aún con gen perfeccionista le echemos un par! Me alegro mucho de haberte animado con esta experiencia. Sabía que sería un acierto.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Me siento muy identificada con tu historia, con todo lo que cuentas, como sabes yo soy una loca de la vida y deje mi trabajo fijo para emprender algo que aun ni me imaginaba y que poco a poco va cogiendo forma. Te admiro y te apoyo, haces genial, una decisión es eso y tampoco hay que volverse loco. Yo siempre digo que prefiero arrepentirme de algo que hecho que de algo que no he hecho, así que animo y a conquistar Europa!!
Zorionak!!
Me gustaMe gusta
¡Muchas gracias, Susana!!Te mantendré informada de mis aventuras. ¡Mucha suerte con tu nuevo provecto!
Me gustaMe gusta